El 22 de Enero de 2010, Águeda, tras una enfermedad diagnosticada siete años atrás, cuando solo contaba con tres años de vida, se convertía en el ángel que inspiró a sus padres la idea de organizar el festival Alma de Acero con la finalidad de recaudar fondos para la Residencia infantil de niños oncológicos AECC de Valencia.
Chiki, el padre de Águeda decidió entregar para sortear la moto de la pequeña, una Sportster 883, y con la ayuda de amigos como Pere, José, Luis, Joseba, David, Yan, Lama, Manolo, etc fueron dando forma a lo que ha sido este festival Alma de Acero celebrado en la discoteca Falcata de la playa de Gandía.
En el camino hasta llegar al festival se fueron añadiendo más y más amigos deseosos de colaborar en este proyecto y así transformadores como La Cabeza Motorcycles, California Motorcycles, No Stock Bikes, Hot Dreams y Sueca Iron decidieron aportar su grano de arena al proyecto transformando la moto de la pequeña Águeda en una espectacular Show Bike que no hace mucho quedó en segundo lugar de la concentración del Big Twin en el Grao de Castellón.
Durante meses coincidíamos con los amigos de Alma de Acero en todas las fiestas y matinales a las que acudíamos y en ellas montaban su stand para promocionar el festival que habían programado para el día 9 de octubre coincidiendo con la fiesta de la comunidad valenciana y en el camino se fueron apuntando más y más amigos para participar desinteresadamente en el proyecto como los grupos Cat Club, Los Vicentes, Parking Fox, Jack y los Daniels, Howlin’Mojos, Shock y el recientemente desaparecido Rockin’ Pauly.
Así consiguieron armar un festival espectacular que durante 15 horas no ha dado tregua, excepto cuando a eso de las 22:00h empezó a llover y tuvieron que interrumpirse las actuaciones.
A las diez de la mañana llegábamos al recinto de la discoteca Falcata y la cantidad de motos en el parking ya era más que importante. Poco a poco y mientras nos entreteníamos viendo la exposición de coches antiguos, motos y camiones el recinto se fue llenando hasta no caber casi ni un alfiler. Los niños (y no tan niños) disfrutaban tirándose por un espectacular tobogán, jugando en el castillo hinchable o dejándose pintar las caras y el cuerpo.
Cuando empezaba la actuación de la Furgo Band Rock aparecieron en el parking unos preciosos caballos que protagonizaron un precioso espectáculo durante buena parte de la mañana mientras en el interior los grupos se sucedían unos tras otros con todo tipo de sonidos: Rock’n’Roll, Heavy, Rock’a’Billy, Hip Hop, Reggae, etc.
Policía mostrando sus vehículos, bomberos realizando demostraciones acrobáticas, las barras a reventar y multitud de puestos de comida, bebida y venta de artículos completaban el recinto en el que era imposible aburrirse.
Todo el mundo biker de la comunidad y buena parte de fuera de ella se dieron cita allí y mientras nos comíamos unas riquísimas patatas al horno preparadas por el Pollo pudimos charlar con muchos amigos a los que ni la puñetera crisis, ni el tiempo que algunos llevaban retirados de este mundillo les había importado para reencontrarse con los viejos amigos y participar del noble fin del festival.
A las seis de la tarde la entrada al recinto ya era de pago, pero con la entrada, aparte de un número para el sorteo de la moto, una camiseta y un parche podíamos disfrutar con los grupos más potentes del festival. No obstante nada de esto era tan importante como las caras de felicidad que esperamos que pongan los niños de la residencia AECC de Valencia.
Al poco de empezar el concierto de Parkin Fox, tras haber disfrutado con Shock y Howling Mojos la lluvia hizo su aparición. Los conciertos hubieron de ser suspendidos y la cara de los integrantes de Alma de Acero eran un poema tras tanto trabajo y noches sin dormir. La finalidad se había conseguido, pero la fiesta no había podido terminar redonda. Una lástima, pero sabeis qué, no importa, como la vida de Águeda que seguro disfrutaba mirando con sus enormes ojos azules todo el espectáculo, este Festival Alma de Acero ha sido corto, pero intenso y maravilloso y su final, aunque prematuro, seguro que deja en su familia y amigos las ganas de seguir haciendo grandes cosas como lo ha sido este primer festival Alma de Acero.
Pakorro